alfabetización digital de facebook

Ayer mi padre quería iniciarse en el maravilloso mundo de facebook, agregar amigos, aplicaciones, ver los grupos sobre Grand Funk Railroad, Rare Earth y 1810. Se entiende, que cuando el mundo ya no es tan real, si no virtual, como en Mercano, el Marciano quien queda afuera del barco es el símil de un viejo sordo en una reunión familiar que debe esperar que todo el mundo termine de reírse para que alguien se digne a repetirle el chiste al oído y obviamente este menos de la mitad de gracia original. Porque facebook es perfecto y todos queremos estar en él, es un buen cool hunter, un buen amigo, sapo, pero buen amigo, te deja subir muchas fotos, actualizar tu status con muchos más caracteres que twitter, mi padre se prendió bastante con la interfase y las aplicaciones, pero algo pasó, mi viejo no es un tipo retrograda en lo que es tecnología, incluso fue él quien me enseño a ocupar un iPod y la serie N de Nokia, facebook o mejor dicho Internet mareo a mi padre haciéndolo caer en un espiral de arcaísmo tecnológico,  básicamente no conecto con los Internet 2.0, no pudo ser parte del público/usuario de los new medias.

En un momento estaba viendo las suggestions y se envaró mil, entonces fue cuando le puse un guate que sonó en toda la casa y le dije “así no, hueón”. En ese momento me transporte mágicamente a los finales de la década de los ochenta.

Estaba yo sentado frente a un libro que odiaba, el libro estaba en una gran mesa de madera, totalmente plana, la luz daba justo al medio de la superficie lo que hacia que se ausentara cualquier sombra que diera algo de textura visual a la mesa, era como estar en un gran desierto con el impreso intimidándome y mi madre forzándome para que aprendiera a leer, el Silabario Hispanoamericano, su portada ya me mareaba y me producía una asquerosa gana de salir corriendo a vomitar en la imprenta.

Su portada hacia alusión a dos niños en extremo riego social que leían sobre lo que creo eran cubos con vocales, el niño o la niña usaba jardinera, no recuerdo bien si era una jardinera pero eso me quedo en el inconciente, y para mi no hay nada peor que una jardinera, debe ser por una vecina mongólica que las usaba y me quedo grabado que era ropa de down, en las ilustraciones interiores habían niños negros y animales, parecía estar ilustrado por un borracho imitando a Mark Ryden, realmente daba miedo ver a Pepe, a Pipo a Papá, la Pala, joder que me costo leer PALA, mi madre me golpeaba con su mirada y yo quería morir, odiaba tener que salir de la tele para sentarme frente a un libro, por eso cuando le pegue un guate a mi padre, en el proceso de alfabetización digital de facebook me sentí tan liberado, fue sentar a mis progenitores en algo que puede resultar, para ellos, tan incomodo frío y cuma como para mi lo era ese libro del orto.